Puros 101, una breve introducción a los puros
A diferencia de los cigarros, de los que se producen grandes cantidades en máquinas, los puros cubanos se elaboran uno a uno manualmente, y como una copa de Cardenal Mendoza, hay muchas razones que justifican su complejidad y personalidad
La anatomía del puro
Los puros cubanos están hechos solo con hojas de tabaco, y el tipo, edad y tamaño de estas hojas son las que le dan a cada puro su apariencia y sabor tan característico. Los puros se componen de tres partes diferentes:
Relleno
Constituyendo la mayor parte del cuerpo del puro, estas hojas ayudan al aire a fluir a través del mismo. El relleno o tripa es una mezcla de tres tipos distintos de hoja de tabaco, dependiendo de qué parte de la planta de tabaco provengan.
Ligero, hojas superiores. 
Estas hojas son de combustión lenta y se sitúan en la mitad del cigarro. A pesar de que se las denomina “hojas ligeras” por ser las que reciben mayor luz solar, también son las hojas que tienen el sabor más fuerte.
Las hojas se envejecen un mínimo de dos años antes de ser usadas.
Seco, las hojas del medio.
De fuerza media, estas hojas son más claras en color y se usan por su aroma. Las envejecen de 12 a 18 meses antes de ser usadas
Volado, las hojas inferiores.
Debido a una exposición menor a la luz, estas hojas tienen poco sabor pero combustionan mejor. Se incluyen para asegurar que el cigarro no se apague. Se envejecen al menos durante 9 meses antes de usarse.
Capote
El capote sostiene el relleno y da forma al cigarro. Se envejecen al menos 9 meses antes de ser usadas.
Capa
Las hojas de la capa provienen de plantas que han crecido en campos de sombra, es decir, completamente cubiertos de muselina para asegurar hojas más oscuras y largas. Estas hojas únicas se usan para envolver y terminar el cigarro. Se envejecen un mínimo de 6 meses antes de ser usadas.
Tamaño
El tamaño no tiene nada que ver con la fuerza o el sabor del puro ya que esto lo dan las hojas que se utilizan en la construcción del mismo. Al tasarse por su peso, el tamaño afecta al precio final: cuanto más pequeño sea el puro, más barato será. Los puros con un tamaño similar tendrán el mismo precio independientemente de su productor.
El sinfín de tamaños de los puros puede confundirnos. Por una parte se tiene el tamaño del cilindro, por otra la largura y, por último, la denominación del formato.
El tamaño del cilindro se refiere al grosor del puro. Se basa en una pulgada dividida en 64. Por ejemplo, un puro de tamaño 32 será la mitad del grosor de una pulgada, mientras que un puro de tamaño 48 será las tres cuartas partes del grosor de una pulgada, y así sucesivamente. El tamaño del cilindro combinado con la longitud se denomina “Vitola”, una plantilla para medir el tamaño del puro. Son estas vitolas las que se han convertido en el sinónimo del tamaño de los puros.
Existen muchos tamaños de puros pero los más populares son los siguientes:
Petit Corona (5 1/8” x 42 base del cilindro o 129 mm x 16.5 mm de diámetro) 30 min para fumarlo.
Corona (5 5/8” x 42 or 142 mm x 16.5 base del cilindro) más de 30 min para fumarlo.
Robusto (4 7/8” x 50 or 24 mm x 20 mm de diámetro) más de 45 min para fumarlo.
Churchill (7” x 47 or 178 mm x 18.5mm de diámetro) 60 min para fumarlo.
Double Corona (7 5/8” x 49 or 194 mm x 19.45 mm de diámetro) más de 75 min para fumarlo.
Reglas para el fumador
El final del puro debe eliminarse completamente por una guillotina de puros.
Los puros deben encenderse siempre con una cerilla de madera, nunca uses una vela o un mechero de gasolina porque enturbiaran su sabor.
Tómate tu tiempo para encender el puro, mantén la llama a 90º hasta que esté bien encendido.
A diferencia de los cigarros convencionales, con los puros no hay que inhalar el humo. Primero hay que mantener el humo en la boca y luego exhalarlo. Tus papilas gustativas capturarán el sabor del puro a la perfección.
Como el brandy, el puro debe ser disfrutado tranquilamente, darle caladas fuertes puede hacer que se queme demasiado y así hacer que el sabor desaparezca.
No tienes que tirar la ceniza, se caerá sola cuando sea necesario.
Cuanto más largo sea el puro más lento se quemará. Recuerda que el tamaño no significa que tenga más fuerza o sabor.
Recuerda, tu puro ha pasado por muchas manos experimentadas en su proceso de producción: desde el agricultor que sembró el tabaco, a quien lo recogió manualmente, lo clasificó, lo envejeció y lo produjo.
¡Tómate tu tiempo para disfrutarlo!
